Peluches

    Mas o menos hace unos 13 años, cuando fui a Argentina, mi padre me dio dinero para que me comprara algo que me gustara. Evidentemente me dijo que era mi dinero, por lo que no me lo estaba regalando, sea lo que sea que me iba a comprar.
Pero cuando uno se hace mayor sabe que si te lo está regalando.
Entré a una tienda del aereopuerto y comencé a mirar un montón de juguetes. Pero nada me llamó la atención excepto dos peluches: Un gato con los ojos grandes y un perro igual. Recuerdo que estuve mucho tiempo pensando si quedarme con el gatito o el perrito.
Al final me quedé con el perrito: Que hoy en día aun está en mi cama.
Se llama Russ, aunque ya cuando era más grande me di cuenta que ese era el nombre de la marca y que realmente se llamaba Barrels. Pero no me gustaba ese nombre, así que se quedo con Russ. 


Todo esto viene porque aun con 20 años tengo peluches. Y duermo con uno. Con Russ. ¿Por qué? Realmente no duermo abrazada a él, y si voy a dormir a otra casa me lo llevo como una niña pequeña. Simplemente está en mi cama, en alguna esquina, o en mi abdomen para darme calor o simplemente está ahí.
De pequeña recuerdo que Russ era un amuleto, que me recordaba a mi padre y me cuidaba y defendía en la oscuridad cuando me iba a dormir. Lo abrazaba muy fuerte y los miedos se iban. 
Al irme haciendo mayor las funciones de Russ han ido cambiando: Cuando tenía 10 era un juguete, cuando tenia 15 un amigo que no me respondía, pero que me ayudaba a sacarme la furia de dentro. Y ahora a los 20 una estufa. 
Si pueden decir que soy infantil por tener un peluche en mi cama, y que después de que el pobre esta gris y no blanco, que se ha vuelto más pequeño e insignificante ante mis ojos y muchas veces el pobre amanece en el suelo. Me gusta. Tengo mi pequeño amuleto y estufa. Que tiene una década a mi lado.
Pasará a mis hijos y mis hijos a sus hijos.
¿Algún problema?
Admítelo, tu también debes tener algún juguete de pequeño que lo cuidas con celos. Es natural. 
Todos tenemos ese pequeño amuleto escondido en algún cajón o encima de vuestra cama.


PD: Fue un milagro encontrar a mi Russ por internet. Realmente es el mismo, lo que pasa que el mio está mucho más sucio. Los años y la lejía no funcionan con él.

Comentarios

  1. Cuanta razón tienes, cuando tenía 6 años mi abuela me regalo un Pikachu de peluche y no dejo que nadie lo toque, una vez se me desgarró y casi me da un ataque, menos mal que mi madre sabe coser que si no...

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